Serie del Vacío
#? Vacío Psicólogos, psiquiatras, monjes, chamanes, espiritistas y ninguna solución. Asistí a todos con la esperanza de encontrar aquello que había perdido o que sencillamente me faltaba, en mis primeros intentos encontraron cómica mi condición: “Un cuerpo sin alma” resultaba inconsentible para toda religión pues sin ella no habría vida, no habría humano. Lo cierto es que crecí sin ella, la añoré en todo el camino y hasta llegué a buscar formas de robarme una. Imposible. Toda alma está conectada a un cuerpo y rechazaría cualquier otro. Decidí forjarme una, pasé por todas las religiones y todos los credos. En ninguno me dieron ayuda pues atribuirle un alma a un cuerpo es una gracia divina, no humana. Solo me quedaba una opción: la divinidad, recorrí selvas, desiertos y ciudades. Si la divinidad estaba a mi alcance, la tomaría con mis propias manos y le obligaría a darme un alma. Eso debía pasar hasta la fatídica tarde donde sentí que si tuviera un alma no sería y...